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“Yo soy un huevón que ha perdido mucho tiempo. Pero nunca es tarde”

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Por: Geraldine Montilla Bolaños

 

Así es como se describe el escritor y periodista Felipe Solarte Nates, un hombre que a sus 67 años se plantea como objetivo escribir 2 o 3 libros más, porque su dicho es  “tengo salud y todavía me funciona la cabeza”.

 

Solarte también conocido cómo “Pipe” nació en 1955 en Popayán, en un núcleo familiar bastante convencional, en donde se leía periódicos todos los días y se escuchaba la radio. Su padre era un  juez, que gustaba transcribir las declaraciones de sus casos. Su madre por otro lado, una señora autodidacta que disfrutaba de completar crucigramas y escuchar radionovelas. 

 

Este ambiente permitió que Solarte estuviera involucrado  con la lectura y escritura desde muy temprana edad, llenando su infancia de fábulas, cuentos, cómics y revistas, dejando volar su imaginación a través de numerosas historias de aventura, detectives y piratas, que si no las leía, las escuchaba en las tardes y noches de radio en casa, que por allá en la década de los 50´s y los 60´s lo tenían enganchado.

 

Solarte con su peculiar estilo, hombre de aspecto relajado y boina, a sus 6 años era conocido por sus vecinos en Santander de Quilichao como “Pipo”. En este lugar vivió su infancia y parte de su adolescencia. Tuvo buenos profesores, “ellos eran de los últimos semestres de educación de la Santiago y la del Valle. Viajaban todos los días” . 

 

Recibió motivación de parte de ellos, se incentivaba a leer en materias como sociales, filosofía, historia, todo lo competente a las humanidades. Además, le atraían temas de economía política e historia crítica y autores como Nieto Arteta o Indalecio Livano, pues “Pipo” a los 10 años de edad ya disfrutaba leyendo libros de Julio Verne y Emilio Salgari, que para el siglo XIX abordaban la ciencia ficción y la fantasía. 

 

En Santander Quilichao, aparte de sus motivaciones académicas, también pudo experimentar. Ya en quinto de bachillerato hizo parte de un movimiento marxista, con las iniciativas ideológicas que dieron fuerza al primer paro cívico en la historia del municipio, situación en la que emergió su primer escrito de 8 páginas, un informe del paro, una tarea muy izquierdista. 

 

Felipe Solarte recuerda que cuando tenía 10 años, una quemadura por pólvora lo tuvo 3 meses en el hospital, y fue ahí en donde se dijo así mismo “cuando sea grande voy a ser médico”. Ya para el resultado del icfes del año 75, obtuvo un alto puntaje, por lo cual  decidió embarcarse en la carrera de  Medicina, teniendo la mala fortuna de toparse con una reforma del pensum, en el cual descartaron todas las materias del ser, para así dejar las materias técnicas. Eso significaba “ver el cuerpo como una máquina”. Estas materias no eran de su agrado, pero aún así logró mantenerse durante 4 semestres,  siendo además el representante de su semestre frente al consejo estudiantil.

 

En esa época de universitario, Solarte con su particular y definida personalidad activista, hizo parte de una célula de estudio marxista, abordando temas como la revolución, economía política y filosofía, además organizaban las movilizaciones. Sin embargo, los movimientos estudiantiles cogieron mucha fuerza y luego de haber ingresado a primer semestre de Literatura tras ser balanceado de Medicina, entraron en paro. 

 

Pero no todo estaba perdido, pues Solarte logró cursar el taller literario dirigido por Alice Pouget Rodriguez, una distinguida profesora francesa, la cual le sugirió que llevara su ensayo práctico al director de El Liberal, Francisco Lemos Arboleda, lo cual generó que empezara a escribir Columnas para aquel periódico.

 

La rueda fue un grupo donde llegaron a converger diferentes carreras como medicina, electrónica, ingeniería civil, humanidades, derecho, entre otras. Fue un grupo unido por el arte y la literatura, un espacio al que asistió durante muchas noches llenas de teatro, recitales y fiestas con guarapo. De estos encuentros surgió la inspiración por convertir aquel primer escrito activista del paro de Santander en una narración de  novela. Eso, y también el hecho de encontrar en Andrés Caicedo  un lenguaje cercano que le permitiera dar el primer paso para escribir novelas. Su visión de la literatura ya no estaba lejana.

 

Solarte no vió un panorama muy alentador. La carrera literaria no iba en serio, se decepcionó, pues para él “ este berraco mundo no tiene arreglo”. Comenzó a cuestionar los grupos a los que pertenecía, el fanatismo y lo radicales que podrían ser, creyendo que la victoria de la revolución estaría a la vuelta de la esquina. Así que sé dedicó a la bohemia, el  alcohol, la  marihuana y otras cosas. Llegó a escribir parte de una novela, de la cual solo pudo completar 100 páginas que hablaban del ambiente, la época estudiantil, de toda la influencia política, la bohemia, las relaciones y la revolución. 

 

En medio de su transitar por la bohemia en los años 84 y 85 trabajó para los periódicos El País y El Liberal escribiendo columnas. Tiempo después su padre, tras su jubilación, creó un periodico llamado “El Caucano”, que luego de  su muerte pudo dirigir, llegando a sacar un total de 105 ejemplares, un promedio de 4 o 5 por año, porque él siempre se ha caracterizado por ser el que hace, busca publicidad, produce y vende sus producciones.

 

En el gremio de los escritores Solarte entró tarde. Era el año 2011. “Relatos en busca de título” fue publicado a sus 57 años de edad. Este es un libro muy auténtico que contenía sus escritos de 30 años. “El jardín  de los psicópatas” fue el segundo libro; una recopilación de muchos relatos y cuentos que surgieron a partir de un taller, relata. De ahí en adelante ha publicado otros libros más, siempre bajo el sello de Popayán Positiva dirigido por Antonia María Alarcón. 

 

Finalmente, luego de andar por la vida del activismo y la bohemia, describiendo aciertos y decepciones , Felipe Solarte, a  quien algunos le atribuyen la frase de “muy inteligente pero por la hpta vagancia no progresa”, o más propio en palabras de Antonio José Caballero  “un talento desperdiciado”, es un gran lector y escritor, que dejó una imagen peculiar en sus allegados. “Un amante del trago”, o como dice Juan Carlos Pino “Un hombre tranquilo que camina pausadamente por las calles de la ciudad con una mochila vendiendo sus propios libros”. Felipe Solarte Nates está actualmente en los espacios Nuevo Liberal, Proclama del Cauca y 2orillas con una publicación semanal en columnas de opinión. 

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